Revisamos los factores que mayor impacto tienen en la productividad laboral, y cómo trabajar con ellos para mejorar el desempeño de los colaboradores.

La productividad laboral es un concepto clave en cualquier organización, ya que se refiere a la cantidad de resultados y productos generados por un trabajador o un equipo en un período de tiempo determinado. Es una medida de eficiencia en el trabajo, y como tal, es un indicador importante del éxito de una compañía. Por ello es que muchas se esfuerzan por identificar la mayor cantidad posible de oportunidades de mejora y buscan la mejor manera de estimular la productividad de sus equipos. 

En este post revisaremos algunas de las variables que influyen en la productividad laboral de manera directa e indirecta, y mencionaremos algunas recomendaciones para empezar a estimularla 

Algunos factores clave que impactan de lleno en la productividad laboral

Una de las grandes ventajas de ocuparse de la productividad laboral es la posibilidad de identificar áreas de mejora que influyen de manera directa en la rentabilidad y la competitividad de la organización.

Algunos de los factores que pueden influir en ella son: la motivación y satisfacción de los empleados; la eficiencia y organización de los procesos; la calidad y disponibilidad de los recursos y herramientas; la formación y capacitación; la cultura y el clima laboral; y las evaluaciones de desempeño.

• La motivación y satisfacción de los empleados influyen positivamente en la productividad laboral: los colaboradores motivados se muestran más comprometidos con su trabajo y tienen una mayor iniciativa y creatividad. Además, suelen tener una menor tasa de absentismo y rotación, lo que aumenta la estabilidad y continuidad del equipo. La motivación y satisfacción también pueden generar una cultura positiva y un clima laboral saludable, algo que, como veremos, también impulsa la productividad.

• La eficiencia y organización de los procesos y procedimientos permiten maximizar el uso de los recursos disponibles y reducir el tiempo y los errores en la realización de tareas. Una buena organización y eficiencia de los procesos también facilita la comunicación y colaboración entre los empleados, lo que aumenta la efectividad y eficiencia del equipo en su conjunto. Además, permite identificar y eliminar tareas innecesarias y repetitivas, lo que libera tiempo y energía para enfocarse en tareas más valiosas.

• La calidad y disponibilidad de los recursos y herramientas permiten a los empleados realizar sus tareas de manera más eficiente, reduciendo el tiempo perdido y los errores, y ayudándolos a enfocarse en su trabajo sin distracciones, lo que mejora su satisfacción y motivación. Es fundamental que las organizaciones inviertan en la adquisición y mantenimiento de las herramientas (tanto físicas como digitales) necesarias para maximizar la productividad.

• La formación y capacitación permite a los empleados desarrollar nuevas habilidades y conocimientos, mejorando su flexibilidad ante los nuevos desafíos. Esto, a su vez, aumenta la capacidad de la organización para responder a los cambios y mejorar su competitividad. Los programas de entrenamiento también fomentan la motivación y satisfacción de los colaboradores, al sentir que están creciendo profesionalmente y que su empleador está invirtiendo en ellos. Como resultado, obtienen una mayor autoconfianza, lo que les permite tomar iniciativas y actuar de manera más independiente, mejorando la calidad del trabajo y su eficiencia en la realización de tareas.

• La cultura y el clima laboral influyen en la productividad laboral de varias maneras: crean un ambiente de trabajo positivo y motivador; fomentan la colaboración y el trabajo en equipo; potencian la innovación y la iniciativa, ya que los empleados se sienten más seguros y apoyados para proponer ideas y soluciones nuevas; fomentan la lealtad y compromiso de los colaboradores con la organización; y mejoran la comunicación y la resolución de conflictos.

• Finalmente, las evaluaciones de desempeño pueden ayudar a identificar fortalezas y debilidades individuales de los empleados, para enfocar su formación y capacitación en áreas específicas. También pueden ayudar a identificar cualquier barrera que pueda estar limitando la productividad, para abordarla y resolverla. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las evaluaciones de desempeño deben ser justas, objetivas y basadas en criterios claros, para asegurarse de que sean efectivas.

Seis acciones concretas como punto de partida

Teniendo en cuenta lo mencionado en el apartado anterior, una organización puede tomar varias acciones para mejorar la productividad laboral de sus colaboradores. Algunas de ellas son:

1. Fomentar una cultura de trabajo positiva y motivadora, que promueva el desarrollo y la satisfacción de los empleados.

2. Proporcionar herramientas y recursos adecuados para el desempeño de las tareas, para aumentar la eficiencia y efectividad en el trabajo.

3. Ofrecer formación y capacitación continua para mejorar las habilidades y conocimientos de los empleados.

4. Implementar sistemas de gestión de procesos y procedimientos eficaces y eficientes, para aumentar la organización y eficiencia en el trabajo.

5. Proporcionar un ambiente de trabajo seguro y saludable, para mejorar el bienestar de los empleados.

6. Fomentar un enfoque en resultados y una cultura de retroalimentación constructiva, para asegurarse de que los empleados estén enfocados y motivados.

La clave es asegurarse de que las acciones tengan en cuenta las características de la compañía y sus colaboradores, y que estén alineadas con los objetivos y la cultura de la organización. Adicionalmente, es importante tener en cuenta la manera en que la tecnología puede ayudar a organizar nuestros esfuerzos en ese sentido.

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