La importancia del clima laboral para las organizaciones y algunas técnicas que pueden utilizarse para mejorarlo.
El clima laboral es el conjunto de percepciones, actitudes y comportamientos que caracterizan el ambiente de trabajo en una organización. Como tal, es un factor que impacta de lleno en la motivación, el compromiso, la productividad y la satisfacción de los colaboradores, así como la imagen y la reputación de la empresa.
Sin embargo, lograr un clima laboral óptimo no es una tarea fácil, ya que depende de múltiples factores, tanto internos como externos, que pueden variar según el contexto y las circunstancias. Por eso, es importante que las organizaciones conozcan la situación actual de su entorno y trabajen para mejorarlo de forma continua.
Según un estudio realizado por Gallup en 2022, solo el 22% de los colaboradores a nivel mundial se sienten comprometidos con su trabajo, lo que significa que el 85% restante no está motivado ni involucrado con su organización. Esto tiene un impacto negativo tanto en el bienestar de los trabajadores como en el rendimiento de las empresas. De hecho, la misma consultora sugiere que las empresas con un alto nivel de compromiso entre sus colaboradores tienen un 21% más de rentabilidad, un 17% más de productividad, un 10% más de satisfacción del cliente y un 41% menos de rotación de personal que las empresas con un bajo nivel de compromiso.
Estos datos demuestran que el clima laboral es un factor clave para el éxito de las organizaciones, ya que influye directamente en la atracción, retención y desarrollo del talento humano, así como en la consecución de los objetivos estratégicos. La pregunta es: ¿qué se puede hacer para mejorarlo?
Existen diversas técnicas para mejorar el clima laboral que se pueden adaptar a las necesidades y características de cada organización. Algunas de las más efectivas y utilizadas son:
Realizar encuestas periódicas para medir el nivel de satisfacción, motivación y compromiso de los colaboradores, así como identificar los aspectos a mejorar y las acciones a implementar.
Desarrollar descriptivos de puesto claros que ayuden a los trabajadores a conocer qué se espera de ellos, y a las organizaciones a realizar mejores evaluaciones de desempeño.
Fomentar la comunicación interna bidireccional, transparente y fluida entre todos los niveles jerárquicos y áreas funcionales de la organización, utilizando canales adecuados y ofreciendo feedback constructivo.
Reconocer y recompensar el desempeño, los logros y las contribuciones de los colaboradores, tanto individual como colectivamente, mediante incentivos económicos o no económicos, como el reconocimiento público, la formación o la flexibilidad horaria.
Promover la participación e implicación de los trabajadores en la toma de decisiones, la resolución de problemas y la generación de ideas que aporten valor a la organización, fomentando así su sentido de pertenencia y responsabilidad.
Establecer objetivos claros, realistas y desafiantes para los colaboradores, alineados con la misión, visión y valores de la organización, y proporcionarles los recursos y el apoyo necesarios para alcanzarlos.
Crear un ambiente de trabajo saludable, que favorezca el bienestar físico y emocional de los colaboradores, así como el respeto, la confianza y la colaboración entre ellos.
Impulsar el desarrollo profesional y personal de los trabajadores a través de una política de capital humano que contemple oportunidades de aprendizaje continuo, crecimiento y movilidad dentro de la organización.
Fomentar la diversidad e inclusión en la organización, respetando y valorando las diferencias individuales y culturales de los colaboradores, así como promoviendo la igualdad de oportunidades y trato.
Invertir en soluciones tecnológicas orientadas a fortalecer la cultura organizacional.
Estas son algunas de las acciones que, por sí solas, pueden contribuir a mejorar el clima laboral de cualquier empresa. Sin embargo, las compañías que buscan aprovechar al máximo los beneficios de un entorno de trabajo más saludable y productivo no trabajan este tipo de medidas por separado, sino que las integran dentro de una política integral de capital humano. Para ello, las herramientas como Talentry son indispensables.
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