Compartimos una serie de recomendaciones para el desarrollo de un plan estratégico, y te invitamos a perfeccionar la planeación para tu organización a través de nuestro taller.
La planeación estratégica es un proceso a través del cual los líderes de una organización definen su visión para el futuro e identifican las metas y objetivos de su compañía. Pero no se trata de un ejercicio filosófico. Es un plan concreto que establece la secuencia en la que se deben realizar los objetivos planteados, de manera que la organización cuente con una hoja de ruta para hacer realidad su visión del negocio.
Los objetivos típicos en un proceso de planeación estratégica se plantean a mediano y largo plazo, cubriendo un periodo que puede ir de dos a cinco años, o incluso más. En esto se diferencia de los procesos de planificación comercial, que generalmente se enfocan en objetivos tácticos a corto plazo (pensemos, por ejemplo, en la asignación de presupuestos para marketing). Sin embargo, para que la planeación estratégica sea exitosa, es necesario que todos los procesos de planificación estén de alguna manera articulados con ella, aún si no dependen directamente de ese proceso para alcanzar sus propios objetivos.
El plan estratégico habitualmente se plasma en un documento que puede ser fácilmente compartido, entendido y seguido por los ejecutivos, empleados, socios comerciales e inversores, facilitando que todas las personas de la organización puedan trabajar en pos de los objetivos definidos por la dirección.
Toda empresa necesita objetivos organizacionales que guíen los esfuerzos de sus colaboradores. La planificación estratégica ofrece ese tipo de orientación, y en ese sentido, es una hoja de ruta que hace mucho más factible el cumplimiento de los objetivos comerciales.
A la hora de iniciar el desarrollo de un plan estratégico existen cuatro grandes aspectos a considerar.
La misión. El proceso de planeación estratégica inicia con una misión que ofrece a la empresa (pero también a sus clientes) un sentido de propósito y dirección. En ella, la organización describe quién es, qué hace y hacia dónde quiere ir, en términos más cualitativos que cuantitativos. Habitualmente se redacta en tiempo presente y tiende a ser corta, clara y poderosa.
Los objetivos. Toda planificación implica la selección de objetivos, y con frecuencia se utiliza la metodología SMART para asegurar que las metas propuestas sean concretas, medibles y alcanzables. Como mencionamos antes, los objetivos típicos en un proceso de planeación estratégica son de mediano y largo plazo, y es clave que estén asociados a KPIs relevantes para que los líderes puedan determinar qué tan bien se está desempeñando el negocio.
Alineación con las metas a corto plazo. Cumplir con la visión del negocio cuando las acciones realizadas en el día a día están desconectadas de los grandes objetivos de la empresa es imposible. Por eso, la planeación estratégica debe estar relacionada directamente con la planificación comercial y las acciones a corto plazo de la organización. Aquí se pueden utilizar distintas herramientas, como un mapa estratégico, para ayudar a visualizar la manera en que las metas de corto, mediano y largo plazo se relacionan entre sí.
Dinamismo. Un plan estratégico se revisa y revisa periódicamente para ajustar las prioridades y reevaluar los objetivos a medida que cambian las condiciones comerciales y surgen nuevas oportunidades. Las revisiones rápidas de las métricas pueden ocurrir trimestralmente, y los ajustes al plan estratégico pueden ocurrir anualmente. Lo fundamental, en todo caso, es que la planificación se plasme en un documento claro, con objetivos bien definidos, y que se lo tome como referencia a la hora de tomar decisiones de negocio importantes.
Desarrollar un plan estratégico presenta una serie de desafíos que pueden resultar difíciles de sortear, sobre todo si no se cuenta con una metodología adecuada. Por ello, desde Talentry diseñamos un taller específicamente orientado a directores y gerentes de todo tipo de organizaciones para ayudarlos a generar la planeación estratégica a partir de un método probado, sencillo y efectivo.