Para el chef Nico Mejía, una lección que aprendió en su formación como empresario es que tenía que ser un negocio antes que una pasión y tenía que tomar decisiones como empresario y no como cocinero. Hoy en día, busca nuevas formas de vender experiencias en sus restaurantes Mexía, en Guadalajara, y La Sal, en Manzanillo.